Cómo manejar el estrés

Desde hace ya unas décadas cumplir con las exigencias de una cotidianidad acelerada, el querer rendir en varios campos, las aspiraciones trazadas en nuestro plan de vida, los requerimientos de una sociedad vertiginosa y el peso del tiempo que se nos escapa de las manos y vale oro, nos han llevado a aumentar la tensión del día a día y a familiarizarnos con el estrés, un término que termina siendo un "dolor de cabeza" y al que le debemos gran parte de nuestras dolencias.
El estrés es la forma como responde nuestro cuerpo a una serie de factores del entorno que nos generan presión, se evidencia a través de diversas manifestaciones, Samuel Vivas, Psicólogo del área de Medicina Laboral de la Clínica Imbanaco nos dice al respecto, "existen respuestas neurofisiológicas ante la tensión, pues la química cerebral activa todo el organismo, psicológicas cuando se involucran en el proceso nuestro pensamiento y emociones y nuestro comportamiento social para afrontar la situación externa que nos ocupa".
Nuestro entorno laboral no ha sido ajeno a esa carga de estrés que le añade un poco más de "sal" a la vida. En este aspecto debemos contemplar dos escenarios, hay un nivel de estrés que nos lleva a mantenernos activos y a dar curso a las tareas, por lo general, una vez hemos cumplido la labor, disminuye la sensación de presión; pero en ocasiones esa tensión no disminuye, sentimos que el volumen de tareas supera nuestras capacidades y genera respuestas -no siempre de manera consciente- que nos llevan a sentirnos agobiados e incluso pueden desencadenar algunos síntomas fisiológicos, psicológicos y sociales que impactan nuestra salud, afectan nuestro bienestar, desempeño profesional e incluso la vida sociofamiliar.
Tal como lo indica nuestro especialista "las primeras afecciones vienen con dolores osteomusculares, tristeza, desmotivación, ansiedad, irritabilidad, intolerancia, que de no atenderse pueden convertirse en enfermedades. En el Decreto 1477 de 2014, Tabla de enfermedades, se detallan al menos 32 de ellas a nivel cardiovascular, gastrointestinal, comportamentales o mentales, alteraciones del sueño, síndrome de burnout que son atribuibles al estrés laboral y que pueden incapacitar a los trabajadores e incluso derivar en enfermedades mortales".
La disminución en la productividad, la falta de motivación laboral, el incremento de accidentes y el ausentismo son también algunas de las consecuencias del estrés laboral que aumenta sustancialmente los costos de atención en el sistema de salud y que hoy en día es considerado un problema de salud pública a nivel mundial.
A la carga generada por las situaciones laborales se suman, las condiciones de nuestra vida familiar y social por ello es importante encontrar un buen balance que nos permita vivir una vida más sosegada, divertida y saludable.
Cómo darle un buen manejo al estrés
- Identificar las fuentes para establecer un plan apropiado que nos permita hallar una buena resolución
- En el trabajo: factores como la exigencia, el volumen de tareas, la relación con el jefe o con los compañeros
- En el entorno social aspectos como las relaciones con la familia y amigos, las condiciones de habitabilidad, transporte, situación económica.
- Condiciones individuales, nuestra personalidad, formas de afrontar los problemas
- Dedicar tiempo a actividades que nos generen bienestar actividad física, recreación, pertenecer a un grupo de apoyo emocional y/o espiritual.
- Abordar directamente las causas estresoras, implementando acciones centradas en la solución definitiva.
- Buscar ayuda profesional si siente que no puede dar manejo a la situación, si es laboral, es deber de la empresa prestar este acompañamiento
- En lo sociofamiliar, es importante cuidar las relaciones con nuestros seres queridos Tener un grupo de amigos, un grupo social es de gran apoyo.